lunes, 14 de noviembre de 2011

Las anomalías gastrointestinales

Las anomalías gastrointestinales son defectos estructurales que pueden ocurrir en cualquier parte del tubo digestivo, que consta de esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso, recto y ano. El desarrollo incompleto o anómalo de cualquiera de estos órganos puede provocar obstrucciones o bloqueos que pueden cursar con dificultades para tragar, vómitos y problemas para defecar.
Algunas de estas anomalías son:
  • la atresia esofágica o desarrollo incompleto del esófago
  • la hernia diafragmática, una anomalía del diafragma el músculo que separa el tórax del abdomen; el resultado es que parte de los órganos abdominales se desplaza hacia arriba penetrando en el tórax
  • la estenosis pilórica, un trastorno en que la pared muscular del conducto que conecta el estómago con el intestino delgado es anormalmente gruesa y el conducto excesivamente estrecho, lo que hace que los alimentos vuelvan a subir al esófago en forma de vómito
  • la enfermedad de Hirschsprung, en la cual una porción del intestino grueso carece de los nervios encargados de controlar sus contracciones, lo que provoca estreñimiento grave y a veces obstrucción intestinal
  • la gastrosquisis y el onfalocele son anomalías en la pared abdominal que permiten que los intestinos u otros órganos abdominales sobresalgan por fuera del cuerpo
  • la atresia anal, consistente en la ausencia o desarrollo incompleto del ano, que generalmente es más pequeño de lo normal y/o con la apertura ubicada en un lugar inadecuado
  • la atresia biliar, en la cual las vías biliares, encargadas de transportar la bilis del hígado a la vesícula biliar, o no se desarrollan o lo hacen de forma anómala
La incidencia de cada una de estas afecciones varía, oscilando entre 1 de cada 32.000 nacimientos y 1 de cada 10.000. La genética desempeña un papel en todas ellas, pero no está claro cuál es exactamente ese papel ni su importancia. Es muy importante diagnosticar y tratar precozmente estas anomalías, ya que, si no se tratan, pueden provocar graves problemas de salud e incluso la muerte. Generalmente para corregirlas es preciso acudir a la cirugía.

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